En las últimas semanas, el ayuntamiento ha puesto en marcha una prueba piloto en el cruce de Raval de Corbera con la calle Cervantes para mejorar la accesibilidad y seguridad de la vía pública. Esta iniciativa ha generado debate y preocupación entre los vecinos y las vecinas. Su objetivo principal es claro: mejorar la seguridad vial en una zona que ha sido escenario de varios accidentes graves.

La decisión de implementar este cambio no se ha tomado a la ligera. Se ha elaborado un proyecto técnico que se ha trabajado en diferentes reuniones con la asociación de vecinos/as del barrio de Can Prats, con la regidoría de barrio y con los vecinos que se han incorporado a las reuniones convocadas de forma pública.

Posteriormente se ha trabajado también para informar del proyecto y escuchar sus propuestas de mejora, a vecinos/as de las urbanizaciones cercanas y del municipio de Corbera para garantizar que las medidas que se toman beneficien a la mayor parte posible de los y las usuarios de la vía. 

Sabemos que cualquier modificación en la movilidad puede causar inquietud, especialmente para aquellas personas que deben adaptar sus trayectos y sus rutinas diarias. 

La intersección de la calle Tomàs Vives con la calle Montpadrós es un punto crítico en nuestra ciudad, representando entre el 10% y el 20% de los accidentes de tráfico de Sant Andreu. Por ello, al restringir el descenso por la calle Cervantes desde Raval de Corbera, se busca reducir el tráfico en esta área y, con ello, disminuir la probabilidad de nuevos accidentes. Este proyecto es parte de un plan más amplio para reordenar el tráfico en el barrio, que se llevará a cabo junto con las obras de restructuración urbanística de la zona.

Entendemos que, ante propuestas de mejora de la ciudad, puedan existir opiniones diversas y por eso se planteó desde el inicio como una prueba piloto y dentro de un proceso participativo.

Es importante que los debates que se generen se realicen de manera respetuosa y constructiva y puedan servir para mejorar el resultado final, evitando, en la medida de lo posible, generar tensiones innecesarias entre los vecinos y las vecinas.

La transformación de nuestra ciudad requiere tiempo y evaluación y el equipo de gobierno junto, con los y las técnicas del ayuntamiento, están analizando los resultados de esta prueba con la ayuda de agentes de movilidad que están monitorizando su impacto.

Estas acciones permitirán valorar su efectividad introduciendo los ajustes necesarios para garantizar la seguridad y la fluidez en el tráfico de la zona y el confort de los usuarios de la vía y de los vecinos y vecinas del barrio que pueden recibir las consecuencias del cambio.

Agradecemos la colaboración e implicación de todos los vecinos y vecinas en este proceso. Como siempre su participación está siendo clave para lograr un entorno urbano más seguro y respetuoso. Con diálogo y responsabilidad, seguimos avanzando hacia un Sant Andreu de la Barca donde la seguridad vial sea una prioridad para todos y todas.

En Comú Podem Sant Andreu de la Barca

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